domingo, 25 de julio de 2010

¿Tiberio Jackson?

El teperete de la foto es Tiberio, el segundo emperador romano. Cuidado, es peligroso. Su gobierno coincidió con la vida pública de ese conocido personaje de la cultura pop llamado Jesús de Nazaret y es recordado por ser un culero con maestría en las artes de joder al prójimo. Al final de su vida se aburre de ser el dueño de medio mundo y decide retirarse a la isla de Capri dejando en su lujar a otro cabrón despreciable, Sejano, que también dominaba las técnicas de culeradas de alto impacto contra el pueblo por lo que el emperador se fue tranquilo de vacaciones sabiendo que otro en su lugar haría cagada a sus súbditos mientras se ausentaba. Si quieren saber cómo se divertía Tiberio en Capri escuchemos lo que Suetonio, el famoso historiador romano, en su libro “Vida de los doce Césares” nos relata para sorprendernos y es que Tiberio no precisamente jugaba a las canicas y a las matatenas con su palomilla. Escuchemos el rebumbio directamente de Suetonio. Arráncate:

III, XLIII. En su retiro a Capri tenía una habitación destinada a sus desordenes más secretos, guarnecida de lechos en derredor. Allí un grupo elegido de muchachas y de jóvenes disolutos, reunidos de todas partes, y algunos que habían inventado monstruosos placeres, y a los que llamaba sus “maestros de voluptuosidad” (sprintrias), formaban entre sí la triple cadena, y entrelazados de esta manera se prostituían en su presencia para despertar, por medio de este espectáculo, sus lánguidos deseos. Tenía además diferentes cámaras diversamente arregladas para estos placeres, adornadas con cuadros y bajo relieves lascivos, y llena de libros de Elephantidis, con objeto de tener en la acción objetos que imitar.

III, XLIV. Se dice que llevó la obscenidad más lejos aun, y hasta excesos tan difíciles de creer como de referir. Dícese que había enseñado a niños de tierna edad, a los que llamaba sus
pececillos, a que jugasen entre sus piernas en el baño, excitándole con la lengua y los dientes, y también que, a guisa de seno, ofrecía sus partes a niños grandecitos, pero en lactancia aún, género de placer al que su inclinación y edad llevaban principalmente.


Unaaa… Dooos… Treees… ¡HIJOEPUTA!
¿Niños? Que sujeto más enfermo. Una persona con salud mental, siendo emperador, elegiría otras técnicas de diversión más saludables como dar a luz fétidos y estruendosos pedos de alcance trans históricos en la sala del Senado mientras un senador arengaba con elocuencia o quizá, en medio de la arena del Coliseo con lleno total, ejecutar pasos de baile toscos y sin gracia como los que me enseña Exiquio en el antro cuando está ebrio e intenta hacerse el simpático. Como sea, uno nunca sabe, hasta que es emperador.

5 comentarios:

Coral dijo...

Tengo en casa una revista de historia que me compré hace poco y que contiene un artículo sobre Tiberio.
Y, curiosamente, al principio no era tan mala persona como parece de este artículo. Era un gobernante justo. Fue con el paso del tiempo que se convirtió en ese monstruo que relatas.
Su retiro a Capri vino impulsado en parte por los agobios del cargo que ocupaba y de la corrupción de Roma y en parte por la enfermedad que corroía su cuerpo.
En cuanto a su depravación sexual/moral, si realmente es cierto lo que todos hemos leído sobre él, no tiene justificación de ningún tipo. Es evidente que en su villa de Capri se llevaban a cabo orgías sexuales (al fin y al cabo, las pinturas de la casa así lo atestiguan). Ahora bien, ¿es cierto todo lo que se relata?. Porque podría haber algo de verdad en el asunto que fuera magnificado por sus enemigos.
La imagen de Tiberio en Roma no había de ser muy buena. Dejó las riendas del gobierno en manos del cruel Sejano y se fue a su preciosa villa. ¿Qué debían pensar de él los ciudadanos?. Sin duda nada bueno, ¿no?.

Rafael Miravete dijo...

Jackson era bueno, Tiberio era el diablo... diria el Sr. Spielbergo...

¡¡¡JoseJuan!!! dijo...

Así es. Tal vez sería justo decir que empezó bien su gobierno, es solo que haciendo un balance general su imagen no queda muy bien parada. Le sirvió de mal ejemplo a Calígula. Y pues me fío de lo que dicen los historiadores, ve tu a saber que historias estén deformadas y cuales no. Desde que descubrí que la Biblia es un libro de fantasía y no de ciencia ya nada es lo que parece

Julius dijo...

"...y algunos que habían inventado monstruosos placeres, y a los que llamaba sus “maestros de voluptuosidad” (sprintrias), formaban entre sí la triple cadena, y entrelazados de esta manera se prostituían en su presencia para despertar, por medio de este espectáculo, sus lánguidos deseos."

Y eso que no se le ocurrió hacer el Human Centipede (http://www.youtube.com/watch?v=IX8fKLjC__c), que hasta un cirujano habría contratado.

Coral dijo...

Bueno, de todos modos, si no fuera por la presunta presencia de los niños en esas orgías de Tiberio, podríamos denominarle simplemente viejo verde. Y eso dejando de lado que se cuenta que no era tampoco muy amable y que si Sejano se encargaba de matar y torturar a gente en Roma, Tiberio lo haría en Capri, en los alrededores de su Villa Jovis.

Le sirvió de muy mal ejemplo a Calígula, desde luego. Aunque no podemos olvidar que también se ha dicho que éste tenía una patología de tipo esquizoide que, si bien no le exculpa de todas sus atrocidades, por lo menos sí que nos hace comprender por qué este sujeto era como era. Creo que el único que no le sufrió sino que estaba más que feliz con los delirios del emperador fue su querido Incitatus.

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