viernes, 6 de agosto de 2010

La meada más famosa



Mide escasamente cincuenta centímetros, suele ir desnudo y está en un rincón de Bruselas, ni siquiera en la enorme y famosa Grand Place. Pero el Manneken Pis, el pequeño Julien, el niño meón más famoso del mundo, siempre tiene admiradores delante que se encandilan con el chorrito que sale de su pequeña "titolita".

Ni siquiera estar en una esquina y tener delante la exquisita tienda de chocolates Godiva consigue desviar nuestra atención. Y así lo lleva haciendo mucho tiempo.

Dicen las crónicas que ya existía una estatua del mismo estilo en el 1400 y algo, incluso en 1388, fecha en la que se habla de una estatuílla en los archivos de la catedral de santa Gúdula. Debía de representar para algunos una golosina como los famosos pralinés de Bélgica puesto que la robaron varias veces.

El 1619, creyendo que la piedra debía dar paso a nuevos materiales, un escultor barroco flamenco (ojo, no confundir flamenco con lo que se canta y baila en Andalucía; alude a Flandes) hizo una estatua en bronce que se colocó encima de una columna de seis pies. Esa columna fue substituída en el siglo XVII por el nicho rococó que vemos ahora. Recordemos, se trata de una fuentecita.

Siempre ha sido muy querida por los habitantes de la ciudad y cuando fue robada y recuperada en los años 60 del siglo XX decidieron ponerla a buen recaudo. Está protegida en el Museo de la ciudad, ubicado en la Maison du roi, una de las casas más bonitas de la Grand Place. En dicho museo se guardan también los trajes del niño meón. Y ¡menudo guardarropa!. En 1698 el Gobernador de los Países Bajos Austriacos regaló un traje a Manneken como motivo de la celebración de una festividad de un gremio de la ciudad. Esto hizo que mucha gente después le regalara muchos más trajes hasta llegar a más de seiscientos.Todos los jefes de estado y de gobierno están "obligados" a regalarle un trajecito cuando visitan el país y puedo asegurar que tiene los trajes regionales de prácticamente todos los países del mundo. Además tiene el traje de Drácula, el de Papá Noel, de colegial, de ciego con el perro lazarillo, ... casi de todo lo que nos podamos imaginar.

Pero ¿a quién representa el pequeño Julien?. He llegado a la conclusión de que nadie lo sabe. La figurita ha dado pie a múltiples leyendas, todas ellas relacionadas con el pis. Una, la más famosa, nos habla de un niño que se perdió durante una fiesta popular y el padre pidió a toda la ciudad que lo buscaran prometiendo que haría una estatua de su hijo en la postura en la que fuera encontrado. ¿A que no sabéis cómo le encontraron?. Bingo, haciendo pis. También se cuenta que en el siglo XII se descubrió al hijo de un duque orinando en medio de una batalla. Se le hizo una figura de bronce para simbolizar el coraje militar de este pueblo. Imagináos qué valor. Una batalla y tú ahí, dejando salir tu pis. Una tercera dice que existió un niño que extinguió la mecha de una bomba que amenazaba la Grand Place del modo más natural, meando. Incluso que una bruja convirtió en estatua a un niño que orinó a la puerta de su casa. Tengan esas leyendas o no algo de verdad, el niño meón belga es una leyenda en sí mismo.

3 comentarios:

Coral dijo...

Por cierto, para los que puedan pensar ¡qué egoístas, un chico!... hay una chica meona. La pobre "hermana" de Manneken ni es tan conocida como él ni tan visitada. Está en un callejón sin salida en plena zona de restaurantes, con olor a mejillón con patatas fritas, el plato típico, agachada, piernas abiertas y nos mira con su sonrisa y sus coletas desde detrás de una reja, feliz de que alguien se digne a mirarla. Pobre chiquitina meona. Cosas de las feministas.

Julius dijo...

Meón, y belga? Belga, qué meón. La meona es belga, también? La belga es meona? Qué confuso. :D

Coral dijo...

Jajajajaja. Ambos son meones (cada uno en su postura normal dependiendo si es niño o niña, es decir, la niña agachada y el niño cogiéndose la "titolilla") y belgas. Los dos están en Bruselas.
Conclusión, los belgas están obsesionados con los chocolates, sobre todo los pralinés (aseguro que están buenísimos) y por la gente meando.

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