o Una breve presentación mía o Una disertación menor sobre cómo ser Ateo y no avergonzarse por ello
Me permito presentarme. Ya sé, lo sé, no quería hacerlo, pero las normas intrínsecas de los bloggers, muy parecidas a las de los colaboradores de revistas y diarios, nos obligan a seguir el protocolo. Pero no hay mucho que decir: que fui autoinvitado y luego invitado a colaborar en este blog; porque creo en iniciativas como ésta; que soy básicamente no-creyente o escéptico, por no decir ateo, que se oye muy feo, aunque se esté promoviendo el "salir del clóset". Hasta que llegue el día en que se diga por ahí: "la Iglesia permite el matrimonio entre un ateo y un católico", en ese momento tal vez dejará de ser divertido serlo, porque ese valor agregado que tiene ser ateo en un mundo de creyentes desaparecerá cuando el ateísmo no sea una rareza; y los políticos no tengan que sostener que creen en dios y la santidad y la sagrada familia para ganar el voto; y podamos andar por la calle con algún motivo que, personal e intencionalmente, anuncie, como una moderna Letra Escarlata pero a la inversa, que no compartimos las creencias sobrenaturales de la gente.
Mientras, prefiero definirme como el mismo buen doctor Asimov se autodefinía: secular humanista. No importa tanto la etiqueta, importa que la base está sentada. No por eso me convierto en guerillero ideológico, simplemente tengo un problema con la humanidad por el cual no me avergonzaría que me enviasen a ver a doscientos psicólogos o consejeros espirituales: no soporto la estupidez y la superstición, y todos sus derivados. Un día una mujer medio ingenua supo que yo no creía en "Dios", me hizo una pregunta estremecedora: "¿Tan mal te ha tratado la vida?". ¡Carajo! Si es por eso que no evolucionamos, porque la gente supone que uno es infeliz si no tiene a su amiguito al que le reza cuando se le acaban los recursos y soluciones, sin saber que uno puede -y actualmente es- ser más humano, más justo y menos dañino que la gente que se persigna y reza y va al antro de religión los domingos y casi todos los días de la semana. Para lograrlo, sólo tenemos que echar mano de algo que se llama ética, de la cual hablaré posteriormente.
Así que, tranquila, humanidad moderna: con Julius puedes ser corrupta, abusiva, codiciosa, lujuriosa, perezosa, soberbia e irreverente, que todo te lo perdono. Pero que tengas amigos imaginarios, con eso sí, caes de mi gracia.
5 comentarios:
La vida puede habernos tratado muy bien y no creer en Dios. Por mi parte creo que Dios simplemente es un medio que tienen los hombres para explicar el origen del mundo y demás parafernalia y para tener algo donde agarrarse cuando las cosas pintan mal. Es algo que ha distinguido a todas (o casi todas)las sociedades. Pero no por ello todos nosotros debemos creer obligatoriamente en un Dios. A fin de cuentas ¿qué ha hecho él por mí?. Todo lo que tengo me lo he ganado a pulso sin ayuda de nadie (y mucho menos un ser superior).
Pero si se empeñan en que tengamos un Dios, ¿no nos podríamos haber quedado con los dioses griegos?. Eran mucho más graciosos.
Primero que nada bienvenido Julius y gracias por unirte a este grupo que la gente común y corriente llamaría de "raros". Como bien sabes estuve 10 años metido en un colegio católico donde en verdad pasé los mejores años de mi vida y no por estar rezando todo el tiempo, sino porque el desmadre ahí era de tan alto nivel que solo ahí se podía dar, y claro no podía haber castigos muy severos debido a que a las dueñas del negocio no le conviene perder la clientela. Afortunadamente la lógica y la razón me hacen diferenciar entre lo existencial y lo no existencial y es ahí donde uno entiende que al haber ciencia no puede haber un "dios", si así fuera ya alguna clase de Superman estuviera combatiendo el crimen y no es así. Pero al finalla conclusión mía es que la biblia es el libro más antiguo de ciencia ficción. Saludos.
Bienvenido a la jungla. Herejes. Que Chuck Norris los perdone.
Muchas gracias a todos por comentar en mi presentación, les aseguro que no los defraudaré... sniff. Bueno, déjame decirte Fallo que eso de llamar "raros" para mí es un honor, por ser la manera de la gente de decirte: "no alcanzo a entender tu rollo", y más porque a mí desde pequeño me tildaron de "normal" y "ultradecente", y ahora no puedo menos que restregárselos a todos en la cara. Era como decir... oigan, yo no soy como ustedes, ¿eh? No creo que exista lo que ustedes dicen... "No importa, estás desorientado, tú eres un creyente, ¿cómo vas a ser un ateo? ¡Si eres tan bueno!". Damn!
Bueno, seguimos escribiendo todos, que Dios los bendiga ja ja, en el nombre de Chuck Norris, del hijo de Chuck Norris y del Espíritu de Chuck Norris.
Creo menos en Chuck Norris que en Dios.
Ay, y pensar que en catequesis era la favorita de la monja.
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