jueves, 29 de julio de 2010

Insertar la pieza A en el espacio B

Como tengo ganas de subir algo pero no muchas de escribir les ofrezco un cuento de Isaac Asimov contenido en la recopilación de relatos Cuentos completos I (porque también hay un Cuentos completos II) publicado por Ediciones B y que resulta una ganga comprar. Cuesta menos de 90 pesitos y tiene casi 50 relatos entre los que están obras maestras de la ciencia ficción como el perturbador "Creced y multiplicaos", el conmovedor "El niño feo" y el que Asimov consideraba como su cuento favorito (por obvias e induscutibles razones), La última pregunta.

El cuento que publico no es el mejor de la extensísima colección de Asimov pero sí el más corto del libro, para que no digan que no pienso en su economía del tiempo. Un cuento donde podemos ver que el Asimov también tenía su sentido del humor irónico.


Insertar la pieza A en el espacio B
(Isaac Asimov)


Dave Woodbury y John Hansen, enfundados en sus grotescos trajes espaciales, supervisaban el lento desplazamiento de la caja de embalaje que se alejaba del carguero para entrar en la cámara de presión. Después de un año en la estación espacial A5, estaban comprensiblemente hartos de los ruidos metálicos de los aparatos de filtración, de los toneles hidropónicos con fugas y de los generadores de aire que zumbaban constantemente y de vez en cuando se paraban-

- Nada funciona – Se quejaba Woodbury- porque todo lo ensamblamos a mano.

-Y siguiendo instrucciones redactadas por un idiota – Añadía Hansen.

Tenían buenas razones para quejarse.
Lo más caro a bordo de una nave espacial era el lugar destinado al cargamento, de modo que todo el equipo se despachaba desarmado y embalado. Luego habría que ensamblarlo en la propia estación con manos torpes, con herramientas inadecuadas y siguiendo unas instrucciones confusas y ambiguas.

Woodbury envió por escrito una queja a la que Hansen añadió los adjetivos apropiados, y así la Tierra recibió requerimientos formales para corregir la situación.

Y la Tierra respondió. Se diseñó un robot especial que tenía un cerebro positrónico atiborrado de los conocimientos adecuados para ensamblar cualquier maquina desarmada que existiera. Ese robot se encontraba en la caja que estaban desembarcando, y Woodbury temblaba incluso cuando se cerró la cámara de presión.

-Primero que revise la montadora de alimentos y que ajuste el botón de la regulación de bistecs, para que podamos por fin comerlos poco hechos en vez de quemados.

Entraron en la estación y trabajaron delicadamente con las varillas desmoleculizadoras, cerciorándose de que ni siquiera un átomo de metal de ese precioso robot resultara dañado.

¡Se abrió la caja!

Y dentro había quinientas piezas y unas confusas y ambiguas instrucciones para ensamblarlas.



¡Ja! ¡Que chistosito nos salió el Asimov!

4 comentarios:

Coral dijo...

Eso es casi tan difícil como montar un mueble comprado en IKEA. Y pensar que hasta yo fui capaz de montar una estantería. Sí, una de mis cualidades ocultas.

Rafael Miravete dijo...

Afortunadamente apple comenzó a fabricar las iMacs, ya todo viene integrado en el monitor, la sacas de su caja, le conectas el cable de poder, el teclado y el mouse al puerto USB y listo... hasta un cavernícola podría aprender a usarla...

Exiquio Oropeza dijo...

Ubuntu linux.Mensaje subliminal patrocinado por Jose Juan.

Rafael Miravete dijo...

Si es cierto, ahí esta el Logo de Ubuntu, entonces si ese robot funciona con Ubuntu debe ser un buen desarrollador de aplicaciones y debe ser muy estable, si trabajara con Mac OS X seguro sería un buen Diseñador de GFX y sería muy ligero su sistema operativo, pero si usara Windows, seguramente seria lento, torpe, enfermizo y todo un vago jugando solitario.

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