viernes, 4 de febrero de 2011

¡Me quiero volver chango!

¡Me quiero volver chango! diría Homero Simpson en alguna de sus geniales frases célebres. ¿Por qué viene este comentario? Pues bien mis queridos changolectores, somos y seremos simios, tal vez más evolucionados pero al fin simios gracias a la evolución de nuestro pulgar.

Resulta que el orangután es el simio mayor más lejano genéticamente al ser humano y compartimos nada más el 97% de la información genética. Pues bien, ya sabíamos que los chimpancés y los gorilas comparten el 99% de nuestro ADN, y luego me sale el ese chamaquito predicador baboso con sus jaladas de que su "dios" nos hizo con barro. Si así fuera, seguramente nos veríamos como el David de Miguel Angel o bien, para los menos agraciados, como La Mole.

He aquí nuestra realidad, somos primos de los monos, les guste o no a los fanáticos religiosos retrógradas antievolucionistas.

En fin, hay que ver como los primates evolucionan y aprenden de su convivencia con seres humanos que incluso llegan a desarrollar habilidades que solo se pensaba podía realizar un homo-sapiens.

Les presento a Amban, el gorila que camina como humano.

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